sábado, 15 de noviembre de 2008

Crack


Otro crack, valga el chiste fácil, de la música española que pasó sin pena ni gloria, posiblemente debido en parte a su tardía entrada en el rock sinfónico.

Originarios de Gijón, Asturias, no hay que confundirlos con los Crac del progresivo catalán, cuyos componentes acabaron formando parte de Máquina!, grupo con el que hicieron algunas grabaciones, incluido el directo L' Alliança del poble Nou.

Los Crack de Gijón fueron una formación efímera que inició su andadura como un grupo más de pop/rock, etapa en la que no grabaron nada. La llegada de Mento Hevia desde Avilés como teclista y cantante cambió la orientación de la banda hacia el sinfónico, giro provocado por sus propios gustos musicales, centrados sobre todo en Genesis, Camel, King Crimson o Yes. La posterior marcha de parte de los miembros dejó huecos libres que ocuparon Alberto Fontaneda, compañero de Mento en la Facultad de Derecho, como guitarrista acústico, flautista y vocalista y Manolo Jiménez en calidad de batería. Unidos a Vidal Antón, bajista original del grupo, conformaron la primera estructura de los nuevos Crack.

Fontaneda y Hevia se ocuparon de componer el repertorio, con la excepción de Marchando una del Cid. Una primera versión de este tema había sido creada por Mento en una etapa anterior, fruto de su interés en El Cid y tomando como modelo las composiciones épicas de Rick Wakeman en Las 6 Esposas de Enrique VIII.

A principios de 1978 comenzaron los conciertos para darse a conocer. Su directo iba muy en la línea del sinfónico de la época (que en otros países ya empezaba a declinar) con temas largos y cambios de instrumentos constantes.

En el verano de ese mismo año se trasladaron a Formentera con la idea de preparar su primer trabajo en estudio, que terminaría siendo el único. Llegado el momento de la grabación Álex Cabral sustituyó en el bajo a Vidal Antón, que pasó a ocuparse del sonido en directo, y se incorporó el guitarrista eléctrico Rafael Rodríguez. Él y Encarnación González (Cani) haciendo voces, completaron la formación que entró en los estudios Audiofilm de Madrid.

Así nació Si Todo Hiciera Crack, LP grabado con Chapa Discos y puesto a la venta en el verano de 1979. De él se extrajeron tres singles, dos promocionales (Buenos Deseos en el primero y Si Todo Hiciera Crack en el siguiente) más otro con Cobarde o Desertor en la cara A y Marchando Una Del Cid en la B.

La portada del disco surgió de un concurso organizado por Radio Gijón. Los oyentes enviaban sus propios diseños para la carpeta, y la idea del ratón en la jaula y la jaula vacía de la contraportada (concepto basado en el tema que da nombre al disco) resultó ganadora.

Si Todo Hiciera Crack fue una grabación que traspasó nuestras fronteras. Lo demuestran reseñas como la que aparece en progarchives.com, dedicado al rock progresivo y donde podemos leer lo siguiente: Their only album "Si Todo Hiciera Crack” (’80) from CRACK is one of the jewels of the Spanish progressive rock. It contains seven tracks, all with a beautiful harmony between keyboards, guitar and flute. There are hints of early GENESIS (sensitive piano chords and moving Mellotron waves) and JETHRO TULL (flute) but the typical Spanish climate and the elaborate compositions makes this album to an enthralling and emotional experience (su único álbum, Si Todo Hiciera Crack, es una de las joyas del rock progresivo español. Contiene siete pistas, todas con una hermosa armonía entre teclados, guitarra y flauta. Hay reminiscencias de los primeros Genesis (sensibles acordes de piano y conmovedoras oleadas de melotrón) y Jethro Tull (flauta) pero el clima típico español y las elaboradas composiciones hacen de este álbum una fascinante y emotiva experiencia).

El blog de Prog Not Frog contiene un largo comentario sobre el disco del que entresacamos una parte significativa: While the rest of the world has really had little contact with progressive rock from this country - Spain's media also had little kindness for musicians - there really was an abundance of great music coming from Spain, and Crack was no exception. Probably one of Spain's finest examples of majestic and powerful symphonic progressive, Crack was maybe one of the most Anglo styled of the Spanish bands, although there are obvious cultural references that must not be ignored (aunque el resto del mundo ha tenido realmente poco contacto con el rock progresivo de este país -los medios de comunicación españoles prestan también muy poca atención a los músicos- ha habido abundancia de excelente música procedente de España, y Crack no fue una excepción. Probablemente uno de los más claros ejemplos de majestuoso y potente progresivo sinfónico, Crack ha sido quizá una de las bandas españolas con un estilo más inglés, aunque hay obvias referencias culturales que no pueden ser ignoradas). Las alabanzas continúan pero basta este párrafo para darnos cuenta del valor atribuido al grupo por los entendidos en rock progresivo.

Encontramos más reseñas rebuscando en otro blog entre gente tan dispar como Leonard Cohen, Dio, Emerson, Lake & Palmer o Allman Brothers. Y de nuevo con mención a Genesis, Yes y Jethro Tull. También se compara su estilo con el progresivo italiano, pero, según nos cuenta Alberto Fontaneda en un comentario a esta entrada (que os recomiendo leer, pues es información de primera mano), la influencia de ese país es nula, ya que él conoce nada o casi nada del sinfonismo hecho en Italia y, por lo que parece, Mento tampoco ha tenido un especial interés. Lo que sí deja claro Alberto en su comentario es la admiración del grupo por Génesis.

Hasta en Japón conocen el disco. Si tenéis interés en saber el contenido del texto, probad a traducir la página automáticamente con Google. Os cuento cómo por si alguien no lo sabe: en el cuadro de texto de búsquedas teclead literalmente inurl:chipmunk/CRACK.html (sin cursiva, claro). Así aparecerá la página donde se habla del disco (que es http://enjoy.pial.jp/~chipmunk/CRACK.html). Ahora hay que pinchar en el enlace Traducir esta página y, si no aparece la traducción, en la siguiente pantalla pinchad a su vez en Traduciendo.. Tras unos momentos obtendréis el contenido en un castellano que haría avergonzarse a Cervantes, pero medianamente inteligible. Entre otras cosas, vemos que el autor comenta la obra tema a tema, lo que da una idea del interés que ha despertado en él.

Más en japonés. Parece ser que, como siempre, aquí nos dedicamos a mirar por la ventana para ver lo que se cuece en la calle sin prestar atención a lo que tenemos en casa.

En Amazon se puede adquirir la reedición del disco en CD (de la discográfica coreana Si-Wan Records -lo que hay que ver-), y los dos comentarios de compradores (extranjeros, claro) son muy positivos. En España no se conoce el disco original, como para estar enterados de la reedición. De hecho, ni Mento Hevia la conocía, según nos comenta en La Caja de Música, donde, por una curiosa casualidad, el autor del texto, Israel Sánchez, guitarrista de Senogul, tiene relación con Hevia al frecuentar su tienda de instrumentos musicales y estudio de grabación (de nombre Sampling) en Gijón. Al relacionarle con Crack mantuvo una conversación con él sobre música progresiva y el grupo, diálogo que nos resume en la mencionada entrada de La Caja De Música.

Un alma caritativa ha colocado en Myspace el trabajo completo, así que cada uno puede comprobar personalmente si Crack merece tanta alabanza.

También se puede obtener aquí, otro sitio con el mismo propósito de difundir la música española.

Tras cerca de un año de actuaciones, la marcha de Fontaneda, Vidal Antón y, posteriormente, de Manolo Jiménez puso fin a la historia del grupo, al parecer tras un concierto accidentado, como nos cuenta Hevia en La Caja de Música. Durante ese tiempo habían tenido tiempo de preparar material para un nuevo disco, llegando incluso a grabar una cinta que se ha perdido, lo que impide conocer la evolución del grupo. Según el mismo Hevia, el estilo de las nuevas composiciones se acercaba a los Genesis de esa época.

Aparte de lo que he podido averiguar en internet y en algún libro sobre la trayectoria posterior a Crack de Manolo Jiménez, Hevia y algo de Encarnación (que, al parecer, estuvo haciendo pruebas con Chapa Discos para lanzarse en solitario), tenemos el referente autobiográfico que nos deja Alberto en el comentario que antes he mencionado, y, oh alegría, un sitio oficial de la banda donde, en el momento de escribir esto, ya se puede participar en su foro y escuchar el disco.

Según nos cuenta el mismo Alberto en otro comentario, el propio grupo, junto con el polifacético Eduardo García Salueña de Senogul, están dando forma a la página oficial de Crack. Esperemos que cunda el ejemplo y otros músicos históricos españoles rescaten sus antiguas fotos y cintas de bobina abierta y aprovechen la facilidad que da internet para salir del olvido.

Seguimos. Tras la ruptura del grupo, Manolo Jiménez pasó por diferentes formaciones como Trafalgar, la Jimmy Speed Band (grupo en la línea de AC/DC que no llegó a grabar), Labanda, Raza o Cañones y Mantequilla, todos ellos (bien los grupos, bien los componentes) conocidos dentro del panorama musical español.

Por su parte, Mento Hevia ha ido pasando por diferentes etapas según sus intereses musicales de cada momento. El sinfonismo de Crack surgió en su época de seguidor de Genesis, Camel, etc., como ya hemos visto. Kraftwerk le impulsó posteriormente hacia el tecno para moverse por fin a lo que él mismo denomina "folk sinfónico de inspiración céltica". Esta idea surge cuando orienta su interés hacia la música clásica, especialmente barroca, y estudia violoncello, pero con un ojo (más bien un oído) puesto en el movimiento celta representado por gente como Alan Stivell o Gwendal.

Con estas pautas en mente se creó en 1999 Gueta Na Fonte, inicialmente como cuarteto de música celta de cámara para incrementar entre 2001 y 2003 sus integrantes hasta ocho.

Han actuado en España y otros países europeos dando a conocer la música asturiana, llegando a telonear en 2001 a Jethro Tull en una de sus visitas a este país, más concretamente a Gijón.

Sus primeros trabajos en estudio se incluyeron en el recopilatorio Nuevo folk Astur Vol. 4 y a día de hoy cuentan con dos discos propios en el mercado más alguna otra colaboración en recopilaciones, además del imprescindible sitio en Myspace.


Enlaces y bibliografía:

http://prognotfrog.blogspot.com/2006/06/crack-si-todo-hiciera-1979-192.html
http://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Bandas/crack.html
http://www.nucleusprog.com.ar/r-crack_esp.htm
http://sakalli.blog.hr/2008/09/1625395986/crack-si-todo-hiciera-crack-1978-256.html
http://www.progarchives.com/artist.asp?id=841
http://www.sinfomusic.es/cgi-bin/yabb/YaBB.pl?num=1138146980;start=all
http://sangrespanola.blogspot.com/2008/11/crack-si-todo-hiciera-crack-1979.html
http://www.myspace.com/crackprog
http://www.guetanafonte.com/index.html
http://www.crackband.com/

Los Hijos del Rock. Salvador Domínguez
Historia de una Etiqueta. Vicente Romero

martes, 4 de noviembre de 2008

Nos va la marcha 2008 (y II)


En lo tocante al espectáculo en sí, con dar los nombres de quienes actuaron es fácil hacerse una idea del nivel: Coz, Casablanca, Sherpa, Asfalto y Obús. Nombres clásicos del rock duro y rock urbano españoles. Abrieron el concierto dos grupos nuevos y no demasiado conocidos al menos por mí: Boletus y Motociclón. Motociclón tienen su hueco en MySpace. De Boletus por desgracia no he encontrado información. Si alguien puede hablar sobre ellos, ya sabe dónde se ponen los comentarios.

Al parecer (aunque no es seguro), el "Nos Va La Marcha" no se quedará en un único concierto, sino que se llevará a cabo una gira por España. Es de suponer que en cada concierto actuarán, como en Madrid, grupos consagrados más alguno de la zona donde se celebre, lo que recupera el espíritu del Rocktiembre original de músicos jóvenes y grupos nuevos.

Sin desmerecer a Boletus y Motociclón, vamos a ver qué tal les fue a las estrellas, todas formaciones históricas, aunque, por otra parte, ninguna mantenía todos sus miembros originales.

Empezando con Coz, Juan Márquez sigue con su bajo y su voz dándole la personalidad a la banda, apoyado por el mítico Enrique Ballesteros en la batería, que ya formó parte de Coz en una etapa anterior. A las guitarras tenemos a Miguel Ángel López Escámez, con un aspecto ochentero que nos recuerda los buenos tiempos del heavy, y a Antonio Tejada. Ocupándose de las teclas Juan Olmos. La biografía de Coz con sus continuos cambios de formación y enfrentamientos entre sus miembros es lo más parecido a una telenovela sudamericana, así que quien quiera conocer su historia más a fondo puede leer la biografía de su página oficial. Eso sí, que lo haga con lápiz y papel porque sin un esquema se perderá entre tantas idas y venidas de componentes.

Curiosamente, Coz fue el único grupo que actúo en el Rocktiembre de 1978 y ha repetido en esta conmemoración, pero con la particularidad de que ninguno de los miembros actuales era componente del grupo en el año 78. Juan Márquez, que ya había pertenecido a la banda y Cutu de la Puente, que lo hizo un tiempo después, actuaron también en ese festival, pero bajo el nombre de Mad. En resumidas cuentas, componentes y grupo tocaron, pero cada uno por su lado. Sin embargo, los guitarristas de Coz de 1978, los hermanos de Castro, sí actuaron ese año como Coz y posiblemente lo hagan bajo el nombre de Baron Rojo en algún concierto de la gira de 2008 (si finalmente se lleva a cabo), pues su nombre es uno de la lista de grupos incluidos en el festival junto con otros cuantos que no aparecieron en Madrid.

Aunque Coz interpretó su repertorio tradicional y más conocido, el sonido poco tuvo que ver con ese estilo de "rock duro filtrado" impuesto por CBS para publicar sus trabajos. A pesar de los años, tanto Juan como Enrique siguen en forma, como esperemos que demuestren en su próximo disco, ya en preparación. En su página ofrecen una muestra de sus composiciones actuales. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Tras Coz aparecieron Casablanca. Otro grupo respetable cuyo origen se remonta a 1980, cuando se hacían llamar Mamut.

De sus miembros originales (Carlos "Nano" Hervás al bajo y la voz, Pachi Escolano a la guitarra y Pepe Rodríguez a la batería), solo continúa Carlos Hervás. Para grabar su primer disco en 1985 se unió al grupo, sin abandonar su militancia en Topo, el batería Terry Barios, pero cambiando ese instrumento por la guitarra y la voz. En ese trabajo también estuvieron presentes Azucena, cantante de Santa, y Víctor Ruiz, teclista compañero de Terry en Topo.

He querido citar a estos tres músicos juntos porque se da una triste coincidencia y es que ninguno está ya entre nosotros. La muerte de Azucena y Víctor pasó sin pena ni gloria fuera del ámbito roquero, pero en el caso de Terry, sus muchos amigos sí le hicieron una despedida a lo grande con un concierto histórico.

Como sucede con Coz, la biografía del grupo parece más una tragedia griega que la vida de una banda de rock, aunque en este país los dos conceptos suelen ir muy unidos. Y una de las consecuencias es la imposibilidad de encontrar trabajos suyos en el mercado salvo dos excepciones: su último disco, recién parido, y que debería ser fácil de adquirir, aunque yo no lo he conseguido, y la reedición de Rock' n' Roll en el Bar de Rick (con solo 500 copias a la venta) de 1986. Leyenda Records, compañía empeñada en rescatar del olvido los trabajos discográficos producidos en estos últimos veinte años más o menos en el ámbito del rock duro español, ha puesto a la venta una cuidada edición que contiene, además de los temas originales rescatados de las cintas de estudio (nada de vinilos digitalizados), grabaciones inéditas y un libreto con comentarios de los mismos integrantes del grupo.

La formación actual, aparte de Hervás en el bajo, cuenta con Nacho Ruiz y Marisa de la Plaza en las guitarras, José Manuel Fernández, que ya fue parte del proyecto en anteriores etapas, a la batería y Juanjo Temiño cantando.

Quizá me he enrollado demasiado con la historia del grupo cuando debería haber hablado más de su actuación, pero poco se puede decir, pues lo más destacable es que siguen siendo Casablanca y que todos los músicos cumplieron a la perfección. Durante el concierto desgranaron sus temas clásicos (aunque con un estilo más duro que el de las versiones enlatadas) más alguno de su nuevo disco, a lo que añadieron un momento emotivo con la versión de Vallecas 1996 de Topo en homenaje al gran (en todos los sentidos) Terry Barrios.

Al parecer han vuelto para quedarse y ya llevan unos cuantos conciertos a sus espaldas con esta formación, así que habrá más oportunidades de disfrutar de su música en directo.

Otro rápido cambio y llegó el turno de José Luis Campuzano Sherpa.

Y aquí se produce una situación curiosa: cuando Coz grabó su primer disco estaba formado por los hermanos De Castro (Carlos y Armando) a las guitarras y Juan Márquez al bajo. Tras la separación, los hermanos formaron Barón Rojo junto a Sherpa como bajista y Hermes Calabria a la batería. Y en este concierto encontramos a Coz por un lado y a Sherpa y Hermes por otro. Barón Rojo, con Gorka Alegre y Rafa Díaz acompañando a Armando y Carlos de Castro, figuraba en el cartel inicial pero no tocó. Queda preguntarse si fue por cuestión de horarios o si hay algo más.

En fin, dejemos las elucubraciones.

La historia de Sherpa en lo que a música se refiere viene de lejos, y puede enorgullecerse de haber militado en dos grupos históricos: Módulos y Barón Rojo.

Después de su salida del segundo siguió inmerso en el mundo de la música como productor y compositor y haciendo trabajos para televisión y publicidad, hasta que en 2004 decidió desempolvar su vena roquera y grabar Guerrero en el Desierto, un disco considerado autobiográfico donde mezcla rock duro con otros estilos más tranquilos y que contiene además una crítica feroz, Flor de Invernadero, al famoso Operación Triunfo y sus productos prefabricados. En este tema se hace acompañar de otros músicos de rock españoles como Julio Castejón y Fortu Sánchez, también hartos de verse desplazados por unos artistas de usar y tirar.

Junto a Sherpa actualmente encontramos al ya citado Hermes Calabria en la batería, a Luis Cruz y Raúl Rodrigo en las guitarras y Jordi Longán a los teclados. Aunque de origen uruguayo, Hermes Calabria forma parte de la historia del rock nacional desde que inició su andadura en este país acompañando al argentino Moris, y Luis Cruz también es un ex de categoría, ya que formó parte de Topo en su última época.

Cerrando los ojos teníamos delante a los Barón Rojo de la primera y más conocida época, pues Sherpa incluye en su repertorio algunos de los temas más conocidos de la banda, compuestos por él en su etapa Barón.

Llegado el momento de Flor de Invernadero se echó de menos la participación de Julio Castejón de Asfalto y Fortu Sánchez de Obús, grupos también presentes en esta velada de rock, pero la felicidad completa no existe.

Igual que ocurrió con las anteriores actuaciones, todos los músicos lo bordaron, y un pequeño incidente con la batería, que se solucionó rápidamente, no enfrió los ánimos de los asistentes, que disfrutaron como locos coreando las versiones de los viejos éxitos de Barón Rojo.

La noche había caído y el anfiteatro estaba hasta arriba (según parece llegaron a pasar por allí hasta 10.000 personas). Lo que había empezado como una tarde de música se convirtió en un concierto en toda regla con el personal apiñado al pie del escenario, alzando el puño, coreando cada tema interpretado e impasible a la lluvia, que durante un rato también quiso escuchar rock.

Los siguientes en demostrar que los años no te hacen más viejo (si acaso más voluminoso) fueron Asfalto, con Julio Castejón al frente.

La inicial contrariedad de que Julio fuera el único componente que quedaba de todas las formaciones clásicas del grupo, quedó paliada por el acierto a la hora de rodearse de buenos músicos que mantienen vivo el espíritu Asfalto.

Como para hablar de este grupo habría que escribir un libro, os dejo que descubráis en su página oficial y en la de Julio Castejón la historia y trabajos de la banda más representativa del rock urbano en España ý que, además, al escindirse, dio lugar a otro grupo emblemático e imprescindible para quien quiera conocer el rock que se hizo en este país a partir de los años 70: nada menos que Topo.

La formación actual se compone de Julio Castejón a la guitarra y la voz (y algún que otro teclado), Raúl Santana en la otra guitarra y voz, Juanvi García al bajo, Viti Ilarraza en la batería y Carlos Parra en los teclados.

Tras la desaparición de Asfalto en 1995, Julio Castejón se dedicó a labores musicales fuera del escenario, que volvió a pisar como Julio Castejón y los Trípodes unos años más tarde. Otro nombre pero un estilo similar. Asfalto seguía presente.

La resurrección de Asfalto se produjo después de muchas dudas por parte de Julio. En realidad el grupo ya había vuelto, pero con otro nombre. Y solo faltaba el paso final, desde mi punto de vista, inevitable, pues no creo que ningún seguidor de Asfalto pudiera ir a un concierto a escuchar a Arihan tocando Días de Escuela o Rocinante.

Así que Nos Va La Marcha contó con Asfalto, sin más. Hubo algún problema técnico y Julio se excusó (innecesariamente) por una gripe que al parecer no le permitió dar todo lo que hubiera querido (yo al menos no noté la gripe por ningún sitio). A pesar de los pequeños contratiempos no se le borró la sonrisa durante la (demasiado corta) actuación y nos hizo dar un salto al pasado con Días de Escuela, Rocinante, La Paz es Verde o Más que una Intención, además de presentar parte del nuevo trabajo del grupo, ya a la venta pero, como sucede con el de Casablanca, difícil de encontrar en las tiendas habituales.

Entre cambios de guitarra de Castejón según el tema a interpretar e incluso un salto a los teclados, Asfalto terminó su actuación. Y se marchó como se marchan los grandes, los cinco juntos delante del escenario saludando a un público que espera que sigan en la brecha muchos años.

Y llega la apoteosis final. No sé si habría habido alguien más apropiado para cerrar este desfile de leyendas, pero Obús seguramente hubiera estado entre los pocos candidatos posibles. Hasta ahora, y sin pretender hacer de menos a nadie, habíamos visto un festival de música, es decir, grupos tocando y, entre uno y otro, el correspondiente cambio de instrumentos, pero Obús nos ofreció todo un concierto, derrochando luz, efectos pirotécnicos y una energía que podría haber mantenido encendido el alumbrado público toda la noche.

Fortu a la voz y Paco Laguna a la guitarra son los dos únicos miembros del cuarteto original. Actualmente les acompañan Nacho García, experto en videojuegos y técnico de sonido de Onda Cero además de bajista, y Carlos en la batería.

Los años solo han conseguido cambiar el aspecto externo de los componentes más veteranos, la fuerza interior es la misma y el escenario, personalizado mediante un gran telón con el nombre del grupo y dos paneles laterales, se les quedaba pequeño. Fortu, que recordaba mucho en su aspecto a Ozzy Osbourne, no paró de moverse y enrollarse con el público. Paco sacó de la guitarra todo lo que tenía dentro y Nacho García, personaje peculiar y muy divertido, mantuvo alto el nombre de Obús. Solo faltó que el batería se echara su instrumento al hombro y se dedicara también a correr de un lado a otro.

El grupo hizo un recorrido por toda su discografía entre juegos de luces, explosiones y posturitas y bailecitos de Fortu, que, para demostrar su buena forma física, acabó haciendo el pino en mitad del escenario.

Como en todo concierto que se precie se retiraron para volver con varios bises y terminaron la actuación haciendo subir al escenario a todo el público que cupiera en él. Por suerte la cosa no pasó de ahí ya que, como he dicho antes, la educación (que no seriedad) de los asistentes fue ejemplar.

Otro momento a destacar en la actuación de Obús fue cuando Fortu sacó a escena e incluso hizo cantar coros a Carromato.

Para quienes no conozcáis a tan especial personaje os diré que José Ibáñez, Carromato, que asistió a todo el festival desde un lateral del escenario, es muy conocido dentro del mundo del rock y suele estar presente en infinidad de conciertos, bien como espectador o presentador o bien, desde hace un tiempo, con su propia banda, de nombre también Carromato.

Esto no tendría nada de especial de no ser porque Carromato está atado a una silla de ruedas debido a una parálisis cerebral que le impide casi incluso hablar, lo que no le ha supuesto un obstáculo para ser el vocalista de su grupo. En esta breve entrevista podéis conocer algo más sobre él y cómo el heavy le ha dado un sentido a su vida.

Y así transcurrió un festival histórico que espero se repita de vez en cuando recordando épocas mejores para el rock duro, cuando no era tan difícil encontrar este tipo de acontecimientos de manera gratuita o por poco dinero.

El concierto se grabó completo y parece ser que aparecerá en DVD y CD. Estaremos al tanto, con la esperanza de que el producto final sea un fiel reflejo de lo que allí se vivió.

Y para terminar os remito a esta otra crónica con fotos mejores que las mías, pero con impresiones parecidas, para que veáis que no soy el único que se lo pasó como un enano con un conciertazo histórico.

Nos va la marcha 2008 (I)


Aunque son muchos los festivales de rock que se celebran en España a lo largo del año, el pasado 27 de septiembre de 2008 tuvo lugar uno muy especial: la conmemoración del trigésimo aniversario del histórico Rocktiembre.

El 22 de septiembre de 1978, en la plaza de toros de Vista Alegre en Madrid, se dieron cita Topo, Cucharada, Leño, Mad, Coz y Teddy Bautista. Menos este último, el resto eran grupos que estaban empezando pero que hoy son parte de la Historia del rock español y, si no los grupos, sí sus integrantes, han continuado en la brecha durante muchos años o permanecen aún en activo.

Las avalanchas de gente, cargas policiales y demás incidentes en la entrada, más propios hoy en día de un partido de fútbol, dieron paso a un festival mal organizado, que salió adelante gracias a la buena voluntad y el interés de los propios músicos, pero donde la gente disfrutó. El acontecimiento quedó plasmado en la película Nos Va La Marcha y un doble LP editado por Chapa Discos (división roquera de Zafiro) de igual título. Desgraciadamente ni el disco ni la película han pasado a formato digital, por lo que actualmente son inencontrables por los cauces legales.

Julio Castejón, líder de Asfalto nos hace en su blog una reseña de lo que fue aquel acontecimiento visto desde dentro.

Los que no estuvimos allí, pero somos aficionados al rock nacional desde hace años, hemos tenido la oportunidad de asistir a su conmemoración. Treinta años han hecho cambiar mucho el país y, por extensión, el comportamiento de la gente; donde en 1978 hubo tumultos e intervenciones policiales, en 2008 ha habido educación y tranquilidad. Por supuesto que había policía, pero igual que había personal sanitario y ambulancias, como suele ser preceptivo en cualquier acto público.

El sitio elegido para el acontecimiento fue un amplio anfiteatro de fácil acceso tanto en coche como en transporte público situado en la zona de Vallecas, emblemático barrio obrero y antiguo pueblo de Madrid, cuna además de músicos de rock y cantautores. Al frente del anfiteatro un amplio escenario permanente donde los músicos podían moverse con comodidad, y en los laterales los accesos al recinto que, al estar a pie de calle, sin vallas ni puertas, facilitaban la entrada y salida de la gente. Aunque el horario se cumplió estrictamente y los cambios entre grupos eran rápidos, daba tiempo a acercarse a alguno de los bares cercanos a descansar los oídos y remojarse el gaznate.

Antes de hablar de los músicos vamos a echar un ojo al público. Los pelos largos y cuerpos jóvenes y delgados de 1978 han sido sustituidos por calvas, panzas y arrugas. Las mismas camisetas negras con nombres de grupos de rock pero dos o tres tallas más grandes. Claro que también sigue habiendo gente joven. Gente que no ha vivido la eclosión de los grupos que actuaron, pero que los siguen con el mismo interés de quienes los han conocido tocando la guitarra casi con chupete.

Lone Star habla de "hijos del rock and roll" y Barón Rojo de "hermanos del rock and roll", y en este concierto hemos encontrado la siguiente generación: los "nietos del rock and roll". De la situación casi marginal de los aficionados al rock de hace treinta años hemos pasado a la familia completa asistiendo a un concierto con total tranquilidad. Otra de las ventajas de celebrar el espectáculo en un sitio abierto. Los años dan personalidad y ya no hay que ir con una camiseta de Barón Rojo y una muñequera de tachuelas para hacer patente la tribu a la que perteneces. Entre el público, al lado del roquero de la chupa de cuero y los pelos largos, podíamos ver a la mamá, vecina de la zona, que se había acercado con el niño un rato a escuchar música en directo.

Por supuesto también hubo algún que otro metepatas. Los que ya no vamos a cumplir diecisiete años hemos pasado por esa edad, y hay que entender que con el cerebro de leche no se tiene un discernimiento claro entre diversión y dar pol culo, lo que no hace menos molesto tener al lado a cuatro energúmenos empujándose porque estar de pie escuchando música se les hace pesado. Afortunadamente, como este tipo de gente no distingue entre un concierto y un encierro de toros, a los diez minutos ya se habían aburrido y marchado, supongo, a tumbar árboles a cabezazos o papeleras a patadas. Por lo demás, como digo, total tranquilidad y casi podríamos decir que, por lo menos durante la tarde, "ambiente familiar", al menos en la zona donde me encontraba situado.

También la tecnología ha cambiado en estos 30 años y cada cuál intentaba llevarse como podía un recuerdo del concierto mediante teléfonos móviles y cámaras digitales de fotos y vídeo. Pero quien vela por los derechos de autor puede estar tranquilo, porque el atronador volumen de la música impedía grabarla con nitidez.